La Vida

Escritura, en el rezo diario de la Liturgia de las Horas; y por personas que viven juntos (incluso sacerdotes) en pequeñas Casas de vida común masculinas y femeninas, que se comprometen a una vida monástica de forma más tradicional, fundada en la oración, pero sin clausura, según el estilo del monaquismo ruso antiguo. El p. Divo Barsotti se dedicó al desarrollo de su Comunidad y a la predicación, tarea que lo llevó, más que todo después del Concilio Vaticano II, a varias partes de Italia y del mundo, a conventos, seminarios y otras instituciones católicas. Dictó también los ejercicios espirituales a la Curia vaticana y al papa Pablo VI en 1971. Tenía un carácter reservado, pero también fogoso, contemplativo y afable, totalmente dedicado a una vida interior que se abría para acoger a quienquiera tocara a su puerta para buscar a Dios. Madrugaba mucho y dedicaba varias horas del día a la oración. Celebraba la santa Misa con intensa devoción y conmoción. Estaba retirado en silencio y leía muchísimo. Su relación directa con Dios y su predicación apasionada, fluida, rica, llamó la atención de muchos. Sin embargo, nunca formó parte de las modas y de los grupos importantes. Habló en emisoras y en la televisión, predicó en los cinco continentes, pero siempre permaneció fiel a sí mismo, con aquella necesidad radical de Dios y de la vida contemplativa que lo convirtió en un testigo del Absoluto, auténtico y original. Murió el 15 de febrero de 2006 en su ermita en Settignano (Florencia), a los noventa y un años de edad, rodeado de sus jóvenes monjes y dejando una herencia espiritual inmensa: ciento setenta libros publicados en diferentes idiomas, centenares de artículos y ensayos, una Comunidad religiosa presente en Italia y en el mundo de más de dos mil miembros, una muchedumbre de hijos espirituales que se nutren de sus textos y de su espiritualidad. Su mensaje se puede resumir en su propuesta de vida mística abierta a todos, fundada en la conteplación del misterio de Dios en la vida del hombre, llamado a asumir todo lo creado y la realidad social en que vive para llevarla a Jesús Salvador a través de la oración continua y de la vida sacramental. La espiritualidad cristiana de Divo Barsotti es contemplativa, litúrgica y escatológica, pero se vive en la vida de todos los días, llevando la luz de Dios al mundo, en la trasfiguración del propio ser, en la conversión continua y en un plan de santificación que está al alcance de todos, porque se basa en el Bautismo.