El rastro del mes
¿Creemos que hacemos mucho? Es a Dios a quien le debemos responder, a un Amor infinito. Todo lo que podamos hacer siempre será poco, si sentiremos de verdad que nuestra vida tiene que ser respuesta personal a un Amor infinito que nos quiere para Sí mismo.
«Ninguna vocación, no viene ninguno. Ciertamente la culpa es sólo mía. Hablo mucho, escribo mucho… pero ¡cuán lejos estoy de la santidad que ya hubiera debido alcanzar! Las palabras suenan falsas ni tienen la fuerza para renovar los ánimos, para prender en los demás el amor necesario para el despegue. Sin embargo, aun este fracaso mío, el fracaso de toda hazaña mía, no puede ni debe ser motivo de desaliento, sino de una fe más pura, de una esperanza más grande.
Nuestro pecado no hace menos grande su amor».
Tomado de Nel cuore di Dio, p. 327. 17 de febrero de 1985
«Debemos entender que la fe siempre es un milagro y exige de nosotros la superación de todo temor y la certeza de que Dios todopoderoso vive en nuestros corazones. Sería de verdad no sólo ingenuo, sino también culpable pensar que puede haber en nosotros la fuerza para lograr lo que humanamente es inalcanzable. Y todo lo que Dios nos pide es inalcanzable para el hombre.
Todo cristiano debe atreverse a lo imposible y, si cree en Dios, no solamente puede, sino que está obligado a atreverse».
De la circular de septiembre de 1999
«Esta mañana me preguntaba si la palabra de Dios es de verdad palabra de Dios para mí. ¿Es Dios de verdad el que me habla o soy yo el que finjo escuchar a otro, mientras me escucho sólo a mí mismo? Y me preguntaba: ¿Mi oración es de verdad mi palabra dirigida a Dios o más bien dirigida a mí mismo? A menudo, la vida religiosa ¿no es acaso algo irreal, falto de contenido, un dar vueltas en torno a sí mismo?
[…] Sin duda estas preguntas son retóricas, pero debemos repetírnoslas continuamente, para que no sea retórica la vida».
Diario, 6 de noviembre de 1967
¡Cuánto más inteligente y verdadera es la concepción platónica que la que hoy quisiera reemplazarla! En realidad, no es la oración la que aliena, no es la vida religiosa, sino la vida del mundo, toda relación con las cosas y con los hombres, si esta relación no te conduce a Dios, en tu íntimo.
Alienante es comer, beber, dormir. Alienante todo trabajo, todo acontecimiento que te involucre, alienante incluso el amor humano. Todo te aparta de tu íntimo centro, no te restituye a ti mismo. Sólo en el acto en que te encuentras con Dios, te encuentras contigo también.
4 de marzo de 1981
«Es natural y por lo tanto casi inevitable la conversión de la vida religiosa en una experiencia de tipo moral o metafísico. La oración se transforma en una meditación o contemplación de la verdad y Dios se trueca de Persona viva – el único absoluto Yo, el único absoluto Tú – en un Él neutro e impersonal. El Dios personal parece ser, ahora, casi un tropiezo en el esfuerzo de realizar, más allá de toda distinción personal, la Unidad del sujeto con el objeto en la experiencia suprema.
La amenaza de las religiones asiáticas es constante».
Diario, 7 de mayo de 1966
«Cuando hayas amado aunque a uno solo que no seas tú, habrás amado a todos».
Cento pensieri sull’amore, n° 90, pag. 96
Primero el silencio que separa al hombre del torbellino de los pensamientos, luego el silencio para escuchar la palabra de Dios que te llama y, finalmente, el silencio que establece al hombre en el reposo de una
Cento pensieri sulla conoscenza di Dio, n. 92, p. 98
Quien sabe escribir, sabe embaucar al lector. Os lo digo yo que escribo mucho. De mis libros parece que soy alguien, pero, cuando me conocen, se dan cuenta de quién soy: un pobre hombre. Es cierto que no queremos engañar, pero, como naturalmente y sin darnos cuenta, estamos inclinados a lucirnos con bellas frases y bellas palabras.
Dio solo e Gesù crocifisso (1985), p. 15
«El hombre no podría conocer a Dios sino en la medida en que se trasforma en Él. Cualquier otro conocimiento de Dios tiende de por sí a transformar a Dios en el hombre, a adecuar a Dios a la pobreza de la creatura, a la pequeñez del hombre».
«En la medida de tu pureza, Dios se refleja en tu corazón y te haces imagen de Dios. En el espejo de tu corazón, conoces y ves a Dios».
Si eres uno con todos, entonces no existe un pecado que sea sólo tuyo y un pecado ajeno, sino que es tuyo todo pecado. Ya no puedes distinguir tu responsabilidad de la responsabilidad universal y has de implorar para todos la infinita misericordia de Dios.
Cento pensieri sull’amore (1988), n. 49
La paz de la Navidad, la alegría de la Navidad necesitan como condición el recogimiento de la noche, la soledad del portal […]. Jesús nace en la noche, nace en el portal. Tú también debes vivir así.
Si no entras en esta soledad, si no desciendes en este silencio, no posees la paz, no puedes pretender conocer la alegría. La alegría del cristiano […] es encontrarse con Dios en el secreto del alma, en el centro de sí mismo.
Retiro del 19 de diciembre de 1971 en Casa San Sergio
Yo no estoy en Cristo, si no soy una sola cosa con todos. Lo primero requerido de la oración cristiana es el espíritu de universalidad. Nada es más contrario al cristianismo que apartarse de la presencia de los otros. Tú y los otros sois una sola cosa. Uno de los caracteres fundamentales de la vida cristiana es el siguiente: El hombre no se puede apartar de los demás.
A medida que pasan los años, eres más pobre, más solo. No sé cómo es posible: la desolación más profunda y la pobreza más indefensa te acompañan, pero parecen identificarse con la paz más profunda y el gozo más puro.
Tomado de Battesimo di fuoco, p. 62. 7 de febrero de 1967
La fiesta de la Pascua es ciertamente el recuerdo sacramental de la muerte y resurrección de Cristo, pero aquel misterio no se podría celebrar si no anticipáramos también el fin y la resurrección de todas las cosas, la verdadera Pascua, la Pascua última, definitiva, cuando en torno a la mesa de Dios se sienten todos los hombres, todas las naciones, de todos los tiempos, para vivir la alegría pura e inmensa de su comunión con Dios.
Tomado de La presenza del Cristo
Así como Dios no puede negarse a mí, así no puede negarme a los en quienes y por quienes se me ha dado a conocer. Debo amarlos tanto que los pueda salvar y mi paraíso es también su salvación.
Per l’acqua e per il fuoco, 30 de agosto de 1970, p. 49
Dios te ama aunque no respondas, pero no es verdad para nada que no espere tu respuesta.
El amor de Dios no te obliga, permanece totalmente gratuito, pero, justamente en la medida en que te quiere, espera.
¿Te amaría de veras, si no quisiera tu amor?.
Ejercicios espirituales de 3 a 10 de agosto de 1980 en La Verna
Hace tiempo diciendo la misa, me han hecho sentir; «Yo soy tuyo». Tus pecados? ! Ah no! Tus pecados los he tomado ya; Basta que tu creas, que, todo aquello que yo soy, soy por ti».
Ejercicios espirituales en La Verna, 3-10 agosto 1980
La revelación suprema que Dios ha dado de Sí mismo en su humilde infancia consiste en su muerte al mundo; y nosotros mismos revelaremos a Dios en la medida en que disminuyamos nosotros mismos. El misterio de la Epifanía exige, como condición, la humildad más profunda, la sencillez más pura; exige que sepamos renunciar a nosotros mismos, exige que no queramos ser algo, sino una pura condición a su presencia; no tener más nombre.
Reunión del 6 de enero de 1974 en Florencia
Recuerda que el amor fraternal es un amor que se da en un perdón continuo. Porque siempre hay que perdonar a otros como también siempre debemos ser perdonados; y es en este perdón mutuo como verdaderamente el amor se encarna, igual que el perdón hacia nosotros que se encarnó en el amor de Cristo.
Homilía del 13 de marzo de 1988 en Siracusa
Acordaos que el nombre del demonio en la Sagrada Escritura es “acusador”: quien acusa se pone de parte del demonio. Recordad siempre esto: si un hermano en la Comunidad os dice siempre algo negativo sobre los demás, debéis decirle: “Eres el diablo”. Se lo dijo Jesús a san Pedro, así que también vosotros podéis decírselo a vuestros hermanos. El acusador siempre es el diablo. Recordadlo.
Retiro del 18 de septiembre de 1988 en Settignano
La Resurrección no es para que Cristo nos deje, sino para que pueda permanecer siempre con nosotros, con cada uno de nosotros, en todo momento. Con la Resurrección Cristo ya no está condicionado por el tiempo, por los lugares, porque es la presencia pura, Él es la realidad de la presencia inmutable, plena. Así en todo lugar, así en todo tiempo. De esta forma, toda alma puede vivir esta comunión de amor con Él, y es esta la eterna alegría pascual.
Retiro del 25 de abril de 1970 en Casa San Sergio
Tiene razón Dostoievski. Tu amor debe abrazarlo todo. Todo el universo, toda la creación debe exultar en ti en la plenitud de la Vida divina. El éxtasis no te saca de la tierra, sino que la eleva contigo a la luz de Dios, la transfigura en Dios. El verdadero cristianismo siempre ha rechazado un ascetismo maniqueo que ve en la renuncia y en la negación su fin. El cristiano no puede renunciar a nada: todo es suyo y todo debe llevar consigo, elevarlo todo consigo hasta Dios en el amor.
La fuga immobile (diario), 8.11.1945
Si Dios ya no existe, el hombre es destruido. No queda otra cosa sino drogarlo, de manera que el hombre no pueda ensimismarse y reflexionar sobre su propio destino. Si el hombre no es amado, toda su vida ya no tiene sentido ni él ya tiene valor. Entonces no sólo la vida del hombre, sino también la aventura humana en este mundo pierde todo significado, todo sentido y no permanece más que el absurdo, no permanece más que el vacío.
Ritiro a Brescia, 22 dicembre 1978
Dios nos hace santos madurándonos en la humildad, porque el verdadero camino de la santidad es cuesta abajo, no cuesta arriba. Nuestro verdadero camino es precipitar cada vez más en el sentimiento de nuestra impotencia, de nuestra miseria, porque solo Dios es Santo. Y seremos santos sólo en la medida en que Él viva en nosotros.
Chiedere Dio a Dio, 1988, p. 102
Nuestro Señor es verdaderamente un amante raro. No nos ama por nuestras habilidades, no por nuestras virtudes. Lo que le llama la atención es nuestro pecado, porque nada más que nuestro pecado podemos llamar “nuestro”. Mientras lo positivo que tenemos, es Él quien nos lo da. Por lo tanto, el vacío y la miseria de nuestras almas son los que atraen el inmenso amor de Dios.
Chiedere Dio a Dio, p. 93
Decir que estamos contentos de ir al cielo por la puerta de atrás es agraviar a Dios. Dios se ofende no si le pedimos demasiado, sino si le pedimos poco. No debemos pedir en proporción de nuestros propios méritos, sino en virtud de su amor; y su amor es infinito.
Chiedere Dio a Dio, p. 94
Mientras tengáis méritos, mientras tengáis virtudes, ya que tenéis algo, no podéis ser santas […]. No digo que no debéis ser virtuosas, sino que no debéis considerar las virtudes como vuestras. La posesión incluso de las virtudes es la medida que ponéis al don de Dios. ¡Solo Dios es santo! El alma tiene que abrirse a Él, totalmente libre de toda posesión, aun interior. Quien está apegado a sus virtudes es demasiado rico para poseer a Dios.
Spiritualità carmelitana e sacramenti, p. 288
La palabra no se expresa sólo a través del lenguaje articulado: también el sonido, que no es lenguaje articulado, es expresión de inteligencia humana, es más, del genio humano. Pensemos en la música: nadie querrá decir que Bach o Beethoven no nos hablan a través de la música. La música es un lenguaje que tiene un contenido humano de inteligibilidad, es expresión de vida espiritual. Antes bien, muchos dicen que la música es la expresión más alta, más verdadera del mundo espiritual humano. Quisiera decir entonces que el lenguaje articulado no expresa hasta el fondo nuestro mundo interior.
Reunión del 1° de diciembre de 1968 en Florencia
No se vive el cristianismo si no viviendo el morir a nuestro egoísmo, el morir a nosotros mismos para que viva en nosotros el amor de Dios. También en la Comunidad vivir quiere decir estar disponible a los demás, aceptar el sacrificio que puede costar su presencia, darse sin pretender recibir.
Si recibimos nos alegramos, pero no pretendamos, porque el derecho destruye el amor.
Ejercicios espirituales del 13 a 17 de junio de 1980 en Arliano
Todo juicio tuyo excluye el amor. El amor es la unidad y debe trascender toda oposición. Sólo un amor que trascienda toda oposición es un amor que salva; sólo este amor es el amor de Dios. El que se aparta, se aparta del Amor, se aparta de Dios.
L’attesa, 16 de abril de 1975, p. 220
En la amistad, en el amor nupcial, en el amor materno, el hombre se abre hacia el otro. No se encierra en sí mismo, sino que se realiza donándose. Ser es amar, igual que en Dios. Tanto más eres, cuanto más te dones. No posees más que lo que des.
Meditazioni sulle tre lettere di Giovanni, p. 57
Creo verdaderamente que sólo un velo me separa de Él, no porque me siento “santo”, sino porque su realidad parece consumir ya todo signo e imponerse desnuda y absoluta a mi espíritu.
In Cristo, 3 de julio de 1981, p. 84
La Resurrección de Cristo es realmente la respuesta a la ansiedad de toda la humanidad que quiere conocer el significado de la vida, que quiere saber hacia dónde tiende la historia del mundo, esta aventura ciega que la humanidad ha vivido durante siglos, durante miles de años sin saber a dónde va. La Resurrección es la respuesta de Dios.
Triduo pascual de 27 a 30 de marzo de 1975 en Casa San Sergio
El Señor quiso que nuestra respuesta a su amor no nos alejara de los hermanos, sino que nos uniera más estrechamente entre nosotros. La fe en el amor de Dios disminuye, cuando disminuye la caridad. Es necesario amarnos en serio con un amor sobrenatural, con un amor generoso y fiel, con un amor que no debe ser de palabras y sentimientos, sino que realmente debe comprometernos a la paciencia reciproca, a la comprensión, a la estima y a la ayuda fraterna.
“Creer en nuestra vocación”, en USFPV, p. 46-47
Estoy otra vez en San Sergio «[…] No juzgar al prójimo». No sé responder y veo a mi alrededor tantas cosas para corregir y siento el deber de enseñar. Pero sólo mi ejemplo puede enseñar y corregir.
Figli nel Figlio, 8 de agosto de 1994
Si nuestro amor es realmente una expresión de nuestra participación en la naturaleza de hijos que hemos recibido de Dios, nuestro amor es un amor libre, que se entrega a todos y a cada uno, y que se entrega a sí mismo. Como dice Simone Weil: Una esmeralda no puede no ser de color verde; el cristiano no puede no ser amor.
Meditazioni sulle tre lettere di Giovanni, p. 118
No es Dios quien ha creado el infierno; es el hombre quien lo ha creado, porque habiendo sido creado libre, fue creado también capaz de rechazar a Dios, de decir no a Dios y de decirlo eternamente. Esto solamente es el infierno. ¡Dios no condena nunca, no condenará jamás! ¡Dios no podrá nunca odiar! Él es amor y espera sólo que tú le abras una rendija.
Ejercicios espirituales de 3 a 10 de agosto de 1980 en La Verna
La comunidad no es sólo compromiso de escuchar prédicas o de decir ciertas oraciones. Es compromiso de caridad fraterna, antes de ser compromiso de recitar algunas oraciones. Porque en el fondo nuestra unión con Dios no se realiza con la recitación de algunas oraciones, sino en la caridad.
Reunión del 6 de enero de 1956 en Florencia
Más que en vosotros mismos, estáis en los que os aman. ¡Que el corazón de cada uno de nosotros sea verdaderamente el lugar que a todos nos acoge: todos en cada uno y cada uno en todos. He aquí, mis queridos hermanos, qué es la Comunidad.
Ejercicios espirituales de 3 a 10 de agosto de 1980 en La Verna